La homeopatía es un sistema de medicina que existe desde hace 200 años y se ejerce en todo el mundo tanto por médicos tradicionales (llamados alópatas) como por homeópatas profesionales.
La base de la homeopatía es el principio de que lo similar puede curar lo similar, es decir, que una enfermedad debería ser tratada con una sustancia capaz de causar en el paciente síntomas similares a los que sufre.
Un aspecto fundamental de esta medicina es la idea de tratar a cada paciente de forma individual, ya que, a diferencia de la medicina convencional en la que varios enfermos con los mismos síntomas reciben el mismo medicamento, en la homeopatía no es así.
Es por ese motivo que el médico homeópata le dedica al paciente más tiempo de atención, pues tiene que conocer al detalle todos los síntomas, así como los factores físicos, mentales y emocionales que llevaron al paciente a enfermarse.
Las medicinas homeopáticas se preparan a través de principios activos de origen vegetal, animal y mineral. Las esencias de las cuales derivan las medicinas son diluidas en una mezcla de agua purificada y alcohol para luego ser dinamizadas (el frasco que contiene la mezcla con una gota de la esencia diluida se golpea 100 veces se manera rítmica y pareja). Por eso no causan ningún efecto secundario como malestar estomacal cuando se aplican.
Estos medicamentos han sido incorporados en la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, por sus siglas en inglés) desde 1938 y cerca de 500 millones de personas los utilizan en todo el mundo.
Uno de los motivos de la preferencia de este tratamiento en los países en vías de desarrollo es que se trata de medicamentos de bajo costo, además de ser una manera segura de curarse de las enfermedades.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario